sábado, 26 de febrero de 2011

Me siento sola.

No hay nada más triste que sentarse a ver la vida pasar , mi vida pasa delante mía y no puedo pararla , corre más rápido mis pesadillas que  yo , ¿ por qué? ¿tan mal lo hago? .
Debería levantarme con más alegría , ser más paciente con las cosas y las personas , ¿pero cómo? como , cuando todas las personas que creí ser amigas/os, compañeros/as , que en un principio estuvieron a mi lado recorriendo mi mismo camino , se desviaron de el y me dejaron sola , caminando sola ...
Quizás me lo merezca, quizás no, no lo se...pero tendré que empezar a saber caminar sola por otros caminos, alejados de la gente , bastante lejos de todos así no sufriré cuando quieran dañarme, aunque ya me han hecho el daño más grave para mi, me dejaron caminar ...
SOLA.

Incluso estando rodeada de gente me siento vacía y apartada . Y me da a pensar que quizás sea yo la mala de la película y que debo estar así , por que cuando grito a pleno pulmón en medio de la gente , nadie se voltea a ver si me pasó algo...yo seguiré gritando ESTOY AQUÍ alguien me oirá, ¿me oirás tu?¿serás tu?...estaré atenta a que te des la vuelta y te acerques a mi, seas quien seas, te esperaré.


Escrito por:
Miriam Villergas Boscovich.

jueves, 24 de febrero de 2011

Amor más allá del tiempo.

Me observo en el espejo, de mis ojos brotan lágrimas. Las toco con la punta de mi dedo y simplemente, se destruyen, se desvanecen...

Siguen rodando por mis mejillas, hasta tocar mis labios; tienen un sabor amargo a sal y como me recuerdan tus besos.

Aún no entiendo porque te has marchado, sin siquiera dar una razón y me dejas aquí sacando profundas y asfixiantes lágrimas todas las noches.

Mi alma era oscura, pero ahora no se si aún cuento con ella para seguir viviendo, me dejaste sin aire.

Hoy hace un año que te fuiste y sigo aquí parada junto a tu tumba, esperando a que salgas y me abraces como solías hacerlo. 
 
Jamás imaginé tal soledad, lo único que pasa en mi cabeza es la manera en que me tocabas, en que prometías estar a mi lado siempre, por toda la eternidad. Pero has fallado en tu promesa, no estás.

Tomo la navaja, tal vez eso me lleve a ti; la paso por mis muñecas sin compasión, mientras espero que el líquido de la vida, rojizo y pegajoso se extienda en tu nuevo hogar. Siento como el aire se acaba, como mi corazón se debilita y como mis lágrimas se hacen más grandes y más profundas. ¿Hasta donde puede llegar el amor por alguien?

Mis últimos suspiros salen de mi boca, el frío comienza a invadir mi cuerpo, cada segundo se debilita. La sangre te ha cubierto y ha cubierto mis vestidos...
Te veo, estas ahí; me esperas con los brazos abiertos, corro hacia ti y me refugio en tus brazos. Ya no será el ultimo beso porque al fin, estaremos juntos por toda la eternidad...

Historia de Fantasmas 1: La novia Italiana


Julia Buccola Petta, muere por causa de un mal parto. Fué enterrada con su traje de novia. Al poco tiempo su hija ,Filomena Buccola, dice tener unos sueños extraños en los que su madre regresa, esta le dice que exumen su cuerpo de la tumba. Filomena realiza los trámites necesarios y consigue el permiso nada más y nada menos que seis años después. Julia Buccola Petta al ser exumada estaba incorrupta, su cuerpo estaba intacto después de tanto tiempo.

Todo esto llama la atención, pero es mucho mas sorprendente el hecho de que numerosos testigos dicen haber visto a la novia italiana vagando por el cementerio. Además muchos aseguran haber percibido un extraño olor a rosas, cosa imposible ya que en los alrededores no hay rosas, y es más, las rosas no crecen en pleno mes de Noviembre, al menos en Chicago.
Muchas apariciones y casos de poltergeist van acompañadas de extraños olores que no corresponden a nada cercano que los pueda emitir. ¿Serian los capullos de rosa que llavaba Julia el día de su boda?.

SI...

Si la Rabia y la Ira fueran todo lo contrario ...
Si el Odio y el  Egoísmo fueran erradicados ...
Si el ser Avaro fuera una virtud...
Si la Envidia siempre fuera sana...
Si la Lujuria y la Gula , fueran pesadillas...

El mundo giraría de otra manera ¿no te parece a ti?.

Intentemos cambiar el mundo los Jóvenes puesto que nuestros mayores están cansados de intentarlo, hay demasiada maldad en el Planeta y así procurar un mundo mejor para los que aún están por llegar...Nuestros Hijos y Nietos.

Escrito por:
Miriam Villergas Boscovich.

martes, 15 de febrero de 2011

A mi hijo,...

EN ESTE DÍA DE LLUVIA

Un gris limpio, monótono, inasible, 
en este día de lluvia
y cielo enfermo, 
el corazón del agua está soñando
con bandadas de pájaros
de vidrio,
y en la rama otoñal, junta la ausencia,
luces mojadas, y voces
de aluminio.
Hay como un gato gris
rondando en torno,
así de blando,
así
de ojo amarillo.
Es casi tarde, mi niñez descalza,
viene a buscarme por un largo río,
bajo un mar vertical
deshilachado,
y un silencio de océano dormido.
Salgo a su encuentro, quedo de su mano,
me desnudo en su piel, líquida cuna,
vuelvo a mi antiguo manantial,
deshago,
gota a gota, pausada, mansa,
muerta.
Bajo un llanto de techos castigados,
somnolientos, reencarno,
soy de lluvia.

Afrodita y la gata


Se había enamorado una gata de un hermoso joven, y rogó a Afrodita que la hiciera mujer. La diosa,  compadecida de su deseo, la transformó en una bella doncella, y entonces el joven, prendado de ella, la invitó a su casa.
Estando ambos descansando en la alcoba nupcial, quiso saber Afrodita si al cambiar de ser a la gata había mudado también de carácter, por lo que soltó un ratón en el centro de la alcoba. Olvidándose la gata de su condición presente, se levantó del lecho y persiguió al ratón para comérselo. Entonces la diosa, indignada, la volvió a su original estado.
El cambio de estado de una persona, no la hace cambiar de sus instintos.

Zeus y Apolo


Disputaban Zeus y Apolo sobre el tiro al arco.
Tendió Apolo el suyo y disparó su flecha; pero Zeus extendió la pierna tan lejos como había Apolo lanzado su flecha, haciendo ver que no llegó más allá de donde se encontraba él.
Cuando competimos con rivales mucho más poderosos, no sólo no los pasaremos, sino que además se burlarán de nosotros.

El Ciego


Érase una vez  un ciego muy hábil para reconocer al tacto cualquier animal al alcance de su mano, diciendo de qué especie era. Le presentaron un día un lobezno, lo palpó y quedó indeciso.
-No acierto - dijo, si es hijo de una loba, de una zorra o de otro animal de su misma cualidad; pero lo que sí sé es que no ha nacido para vivir en un rebaño de corderos.
 
La naturaleza de la maldad se puede notar en una sola de sus características.

domingo, 13 de febrero de 2011

El Rey vanidoso y su Traje invisible

Había un pueblo donde vivía un rey, que a pesar de gozar de todas las comodidades se preocupaba mucho por una sola cosa: Su manera de vestir.

El rey gastaba su fortuna en obtener los más preciosos y finos trajes, para verse como una persona distinguida y elegante, tenía tantos trajes que podía vestir uno diferente a cada hora del día, tanto que la mayor parte del tiempo lo pasaba en su vestuario real.

Un día, en el pueblo de este rey vanidoso, a donde llegaba mucha gente de distintos lugares, se presentaron un par de hombres, pícaros estafadores que habían escuchado de la fama de este rey vanidoso y su desmedido afán por el buen vestir.

Al presentarse delante del rey, afirmaron poder confeccionarle a su majestad, el traje más hermoso que pudiera imaginar, con los colores más bellos y la tela más suave y delicada que jamás haya existido; aunque lo más espectacular de dicha prenda, era que no podía ser vista por gente que fuera inepta para su cargo, o que fuera irremediablemente estúpida.

Fascinado por la idea, el rey concluyó que tener dicha prenda tan hermosa y tan útil, le ayudaría a comprobar quienes de sus súbditos no eran aptos para sus cargos y que personas eran tontas y cuales no, razón por la cual decidió adquirir el traje especial.

Enviando a sus empleados a abonar una fuerte cantidad de dinero a los pillos, estos montaron un pequeño taller ficticio donde se suponía que elaboraban la prenda con las telas más finas del reino y el oro que ellos mismos se robaban en su brillante engaño.

Afanado por el trabajo final, el rey decidió enviar a sus empleados nuevamente para observar el progreso del trabajo, ya que al conocer la particularidad de la tela, invisible a los ineptos y estúpidos, quería comprobar que su gente misma estuviera capacitada para ver la tela; no era porque tuviera temor de que el mismo no pudiera ver el traje.

Finalmente, los empleados, que al no poder ver el traje, pero por temor a perder su cargo, dieron buenas noticias sobre el nuevo traje del rey, quien finalmente pudo vestir su asombrosa prenda.

En un intento por hacer más real el hecho de vestir un traje invisible, lo pillos y empleados del rey simularon incluso ayudarle a ponerse la prenda, unos por pillos, y los otros por hipócritas.


La Rana y el Escorpión

Cuenta un relato popular africano que en las orillas del río Níger, vivía una rana muy generosa.

Cuando llegaba la época de las lluvias ella ayudaba a todos los animales que se encontraban en problemas ante la crecida del rio.

Cruzaba sobre su espalda a los ratones, e incluso a alguna nutritiva mosca a la que se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.

También vivia por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana: «Deseo atravesar el río, pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermana rana, llévame a la otra orilla sobre tu espalda»

La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y desencantos, respondió enseguida: «¿Que te lleve sobre mi espalda? ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si te subo a mi espalda, me inyectarás un veneno letal y moriré!»

El inteligente escorpión le dijo: «No digas estupideces. Ten por seguro que no te picaré. Porque si así lo hiciera, tú te hundirías en las aguas y yo, que no sé nadar, perecería ahogado»

La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fueron convenciéndola... y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y comenzaron la travesía del río Níger.

Todo iba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al escorpión. Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel animal que llevaba sobre su espalda.

Llegaron a mitad del río. Atrás había quedado una orilla. Frente a ellos se divisaba la orilla a la que debían llegar. La rana, hábilmente sorteó un remolino...

Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión:
«¡Lo sabía!. Pero... ¿Por qué lo has hecho?»

El escorpión respondió: «No puedo evitarlo. Es mi naturaleza»

Y juntos desaparecieron en medio del remolino mientras se ahogaban en las profundas
aguas del río Níger.

El Espejo.


Había una vez en Japón, hace muchos siglos, una pareja de esposos que tenía una niña. El hombre era un samurai, es decir, un caballero: no era rico y vivía del cultivo de un pequeño terreno. La esposa era una mujer modesta, tímida y silenciosa que cuando se encontraba entre extraños, no deseaba otra cosa que pasar inadvertida.
   
Un día es elegido un nuevo rey. El marido, como caballero que era, tuvo que ir a la capital para rendir homenaje al nuevo soberano. Su ausencia fue por poco tiempo: el buen hombre no veía la hora de dejar el esplendor de la Corte para regresar a su casa.
   
A la niña le llevó de regalo una muñeca, y a la mujer un espejo de bronce plateado (en aquellos tiempos los espejos eran de metal brillante, no de cristal como los nuestros). La mujer miró el espejo con gran maravilla: no los había visto nunca. Nadie jamás había llevado uno a aquel pueblo. Lo miró y, percibiendo reflejado el rostro sonriente, preguntó al marido con ingenuo estupor:
   
— ¿Quién es esta mujer?
   
El marido se puso a reír:
   
— ¡Pero cómo! ¿No te das cuenta de que este es tu rostro?
   
Un poco avergonzada de su propia ignorancia, la mujer no hizo otras preguntas, y guardó el espejo, considerándolo un objeto misterioso. Había entendido sólo una cosa: que aparecía su propia imagen.
   
Por muchos años, lo tuvo siempre escondido. Era un regalo de amor; y los regalos de amor son sagrados.
  
Su salud era delicada; frágil como una flor. Por este motivo la esposa desmejoró pronto: cuando se sintió próxima al final, tomó el espejo y se lo dio a su hija, diciéndole:
   
— Cuando no esté más sobre esta tierra, mira mañana y tarde en este espejo, y me verás. Después expiró. Y desde aquel día, mañana y tarde, la muchacha miraba el pequeño espejo.
   
Ingenua como la madre, a la cual se parecía tanto, no dudó jamás que el rostro reflejado en la chapa reluciente no fuese el de su madre. Hablaba a la adorada imagen, convencida de ser escuchada.
   
Un día el padre la sorprende mientras murmuraba al espejo palabras de ternura.
   
— ¿Qué haces, querida hija?, le pregunta.
   
— Miro a mamá. Fíjate: No se le ve pálida y cansada como cuando estaba enferma: parece más joven y sonriente.
   
Conmovido y enternecido el padre, sin quitar a su hija la ilusión, le dijo:
   
— Tú la encuentras en el espejo, como yo la hallo en ti.

Si tu me olvidas.

ME GUSTAS CUANDO CALLAS

Poemas dedicados a la naturaleza

sábado, 12 de febrero de 2011

El Castigo del Avaro.

Erase un hombre muy rico, pero también muy avaro. Un día acudió a la feria, donde le ofrecieron un jamón muy barato.
-Se, lo compro! Después de todo, hago un negocio, pues con ese dinero ni patatas hubiera adquirido.
Y se dio el gran atracón de jamón, manjar que nunca probaba. Resultó que estaba podrido y al día siguiente, aquejado de fuertes dolores, hubo de llamar al médico.
-~Qué habéis comido? -le preguntó el galeno.
El avaro, entre suspiros, mencionó su compra barata.
-¡Buena la habéis hecho! -se burló
el médico-. Entre la factura de la botica y la mía, caro va a saliros el jamón podrido.


Lista de los libros más leidos en el 2010.

http://www.pablorodriguez.info/25-libros/libros-2010/
Os pongo el link para los que tengaís curiosidad.^^

viernes, 11 de febrero de 2011

Las Tres Hijas del Rey

Erase un poderoso rey que tenía tres hermosas hijas, de las que estaba orgulloso, pero ninguna podía competir en encanto con la menor, a la que él amaba más que a ninguna.
Las tres estaban prometidas con otros tantos príncipes y eran felices.

Un día, sintiendo que las fuerzas le faltaban, el monarca convocó a toda la corte, sus hijas y sus prometidos.
-Os he reunido porque me siento viejo y quisiera abdicar. He pensado dividir mi reino en tres partes, una para cada princesa. Yo viviré una temporada en casa de cada una de mis hijas, conservando a mi lado cien caballeros. Eso sí, no dividiré mi reino en tres partes iguales sino proporcionales al cariño que mis hijas sientan por mí.

Se hizo un gran silencio. El rey preguntó a la mayor:
¿Cuánto me quieres, hija mía?
-Más que a mi propia vida, padre. Ven a vivir conmigo y yo te cuidaré.
-Yo te quiero más que a nadie del mundo -dijo la segunda.
La tercera, tímidamente y sin levantar los ojos del suelo, murmuró:
-Te quiero como un hijo debe querer a un padre y te necesito como los alimentos necesitan la sal.
El rey montó en cólera, porque estaba decepcionado.
- Sólo eso? Pues bien, dividiré mi reino entre tus dos hermanas y tú no recibirás nada.
En aquel mismo instante, el prometido de la menor de las princesas salió en silencio del salón para no volver; sin duda pensó que no le convenía novia tan pobre.
Las dos princesas mayores afearon a la menor su conducta.
-Yo no sé expresarme bien, pero amo a nuestro padre tanto como vosotras -se defendió la pequeña, con lágrimas en los ojos-. Y bien contentas podéis estar, pues ambicionabais un hermoso reino y vais a poseerlo.
Las mayores se reían de ella y el rey, apesadumbrado, la arrojó de palacio porque su vista le hacía daño.
La princesa, sorbiéndose las lágrimas, se fue sin llevar más que lo que el monarca le había autorizado: un vestido para diario, otro de fiesta y su traje de boda. Y así empezó a caminar por el mundo. Anda que te andarás, llegó a la orilla de un lago junto al que se balanceaban los juncos. El lago le devolvió su imagen, demasiado suntuosa para ser una mendiga. Entonces pensó hacerse un traje de juncos y cubrir con él su vestido palaciego. También se hizo una gorra del mismo material que ocultaba sus radiantes cabellos rubios y la belleza de su rostro.
A partir de entonces, todos cuantos la veían la llamaban "Gorra de Junco".
Andando sin parar, acabó en las tierras del príncipe que fue su prometido. Allí supo que el anciano monarca acababa de morir y que su hijo se había convertido en rey. Y supo asimismo que el joven soberano estaba buscando esposa y que daba suntuosas fiestas amenizadas por la música de los mejores trovadores.
La princesa vestida de junco lloró. Pero supo esconder sus lágrimas y su dolor. Como no quería mendigar el sustento, fue a encontrar a la cocinera del rey y le dijo:
-He sabido que tienes mucho trabajo con tanta fiesta y tanto invitado. ¿No podrías tomarme a tu servicio?
La mujer estudió con desagrado a la muchacha vestida de juncos. Parecía un adefesio...
-La verdad es que tengo mucho trabajo. Pero si no vales te despediré, con que procura andar lista.
En lo sucesivo, nunca se quejó, por duro que fuera el trabajo. Además, no percibía jornal alguno y no tenía derecho más que a las sobras de la comida. Pero de vez en cuando podía ver de lejos al rey, su antiguo prometido cuando salía de cacería y sólo con ello se sentía más feliz y cobraba alientos para sopor-tar las humillaciones.
Sucedió que el poderoso rey había dejado de serlo, porque ya había repartido el reino entre sus dos hijas mayores. Con sus cien caballeros, se dirigió a casa de su hija mayor, que le salió al encuentro, diciendo:
-Me alegro de verte, padre. Pero traes demasiada gente y supongo que con cincuenta caballeros tendrías bastante.
-¿Cómo? exclamó él encolerizado-. ¿Te he regalado un reino y te duele albergar a mis caballeros? Me iré a vivir con tu hermana.
La segunda de sus hijas le recibió con cariño y oyó sus quejas. Luego le dijo:
-Vamos, vamos, padre; no debes ponerte así, pues mi hermana tiene razón. ¿Para qué quieres tantos caballeros? Deberías despedirlos a todos. Tú puedes quedarte, pero no estoy por cargar con toda esa tropa.
-Conque esas tenemos? Ahora mismo me vuelvo a casa de tu hermana. Al menos ella, admitía a cincuenta de mis hombres. Eres una desagradecida.
El anciano, despidiendo a la mitad de su guardia, regresó al reino de la mayor con el resto. Pero como viajaba muy des-pacio a causa de sus años, su hija segunda envió un emisario a su hermana, haciéndola saber lo ocurrido. Así que ésta, alertada, ordenó cerrar las puertas de palacio y el guardia de la torre dijo desde lo alto:
-iMarchaos en buena hora! Mi señora no quiere recibiros.
El viejo monarca, con la tristeza en alma, despidió a sus caballeros y como
nada tenía, se vio en la precisión de vender su caballo. Después, vagando por el bosque, encontró una choza abandonada y se quedó a vivir en ella.
Un día que Gorro de Junco recorría el bosque en busca de setas para la comida del soberano, divisó a su padre sentado en la puerta de la choza. El corazón le dio un vuelco. ¡Que pena, verle en aquel estado!
El rey no la reconoció, quizá por su vestido y gorra de juncos y porque había perdido mucha vista.
-Buenos días, señor -dijo ella-. ,Es que vivís aquí solo?
-Quién iba a querer cuidar de un pobre viejo? -replicó el rey con amargura.
-Mucha gente -dijo la muchacha-.
Y si necesitáis algo decídmelo.
En un momento le limpió la choza, le hizo la cama y aderezó su pobre comida.
-Eres una buena muchacha -le dijo el rey.
La joven iba a ver a su padre todos los domingos y siempre que tenía un rato libre, pero sin darse a conocer. Y también le llevaba cuanta comida podía agenciarse en las cocinas reales. De este modo hizo menos dura la vida del anciano.
En palacio iba a celebrarse un gran baile. La cocinera dijo que el personal tenía autorización para asistir.
-Pero tú, Gorra de Junco, no puedes presentarte con esa facha, así que cuida de la cocina -añadió.
En cuanto se marcharon todos, la joven se apresuró a quitarse el disfraz de juncos y con el vestido que usaba a diario cuando era princesa, que era muy hermoso, y sus lindos cabellos bien peinados, hizo su aparición en el salón. Todos se quedaron mirando a la bellísima criatura. El rey, disculpándose con las princesas que estaban a su lado, fue a su encuentro y le pidió:
-Quieres bailar conmigo, bella desconocida?
Ni siquiera había reconocido a su antigua prometida. Cierto que había pasado algún tiempo y ella se había convertido en una joven espléndida.
Bailaron un vals y luego ella, temiendo ser descubierta, escapó en cuanto tuvo ocasión, yendo a esconderse en su habitación. Pero era feliz, pues había estado junto al joven a quien seguía amando.
Al día siguiente del baile en palacio, la cocinera no hacía más que hablar de la hermosa desconocida y de la admiración que le había demostrado al soberano.
Este, quizá con la idea de ver a la linda joven, dio un segundo baile y la princesa, con su vestido de fiesta, todavía más deslumbrante que la vez anterior, apareció en el salón y el monarca no bailó más que con ella. Las princesas asistentes, fruncían el ceño.
También esta vez la princesita pudo escapar sin ser vista.
A la mañana siguiente, el jefe de cocina amonestó a la cocinera.
-Al rey no le ha gustado el desayuno que has preparado. Si vuelve a suceder, te despediré.
De nuevo el monarca dio otra fiesta. Gorra de Junco, esta vez con su vestido de boda de princesa, acudió a ella. Estaba tan hermosa que todos la miraban.
El rey le dijo:
-Eres la muchacha más bonita que he conocido y también la más dulce. Te suplico que no te escapes y te cases conmigo.
La muchacha sonreía, sonreía siempre, pero pudo huir en un descuido del monarca. Este estaba tan desconsolado que en los días siguientes apenas probaba la comida
Una mañana en que ninguno se atrevía a preparar el desayuno real, pues nadie complacía al soberano, la cocinera ordenó a Gorra de Junco que lo preparase ella, para librarse así de regañinas. La muchacha puso sobre la mermelada su anillo de prometida, el que un día le regalara el joven príncipe. Al verlo, exclamó:
-jQue venga la cocinera!
La mujer se presentó muerta de miedo y aseguró que ella no tuvo parte en la confección del desayuno, sino una muchacha llamada Gorra de Junco. El monarca la llamó a su presencia. Bajo el vestido de juncos llevaba su traje de novia.
-De dónde has sacado el anillo que estaba en mi plato?
-Me lo regalaron.
-Quién eres tú?
-Me llaman Gorra de Junco, señor.
El soberano, que la estaba mirando con desconfianza, vio bajo los juncos un brillo similar al de la plata y los diamantes y exigió:
-Déjame ver lo que llevas debajo.
Ella se quitó lentamente el vestido de juncos y la gorra y apareció con el mara-villoso vestido de bodas.
-Oh, querida mia! ¿Así que eras tú? No sé si podrás perdonarme.
Pero como la princesa le amaba, le perdonó de todo corazón y se iniciaron los preparativos de las bodas. La princesa hizo llamar a su padre, que no sabía cómo disculparse con ella por lo ocurrido.
El banquete fue realmente regio, pero la comida estaba completamente sosa y todo el mundo la dejaba en el plato. El rey, enfadado, hizo que acudiera el jefe de cocina.
-Esto no se puede comer -protestó.
La princesa entonces, mirando a su padre, ordenó que trajeran sal. Y el anciano rompió a llorar, pues en aquel momento comprendió cuánto le amaba su hija menor y lo mal que había sabido comprenderla.
En cuanto a las otras dos ambiciosas princesas, riñeron entre sí y se produjo una guerra en la que murieron ellas y sus maridos. De tan triste circunstancia supo compensar al anciano monarca el cariño de su hija menor
.

¿Qué seria no sentir nada? (Reflexión)

Unos dirán que es  paranoia , otros pensaran !que tontería! pero alguien se ha preguntado alguna vez ,¿como sería no sentir nada?. Pues para mi opinión nos volveríamos todos locos, por que sin sentir un abrazo, un beso, frío o calor , sentimientos como el amor o el remordimiento o inclusive esos sentimientos  que nadie quiere sentir como el  miedo o el dolor . Reinaría el caos , por que si no sientes dolor harías cosas más arriesgadas y peligrosas cada día, por que tampoco percibíais el miedo ¿no? como por ejemplo cruzar una autovía llena de coches, te daría igual. O si no sientes el frío o el calor podrías perderte  en el polo Sur y morir de hipotermia , total no sientes dolor ¿no?, menos mal y demos gracias de que Dios nos dios la máquina más perfecta  EL CUERPO HUMANO y que podemos sentir todo lo que nos rodea por que no se vosotros pero...yo personal mente si no abrazo a alguien o no beso , ni siento el calor del sol y el sabor salado del mar ...señores estaría muerta ^^.



Disfruten de la vida  y de las pequeñas cosas de cada día como el olor del café recién hecho por las mañanas.

Escrito por: 
Miriam Villergas Boscovich.

La Ostra y el Cangrejo

Una ostra estaba enamorada de la Luna. Cuando su gran disco de plata aparecía en el cielo, se pasaba horas y horas con las valvas abiertas, mirándola.
Desde su puesto de observación, un cangrejo se dio cuenta de que la ostra se abría completamente en plenilunio y pensó comérsela.
A la noche siguiente, cuando la ostra se abrió de nuevo, el cangrejo le echó dentro una piedrecilla.
La ostra, al instante, intento cerrarse, pero el guijarro se lo impidió.
El astuto cangrejo salió de su escondite, abrió sus afiladas uñas, se abalanzó sobre la inocente ostra y se la comió.

Así sucede a quien abre la boca para divulgar su secreto: siempre hay un oído que lo apresa.

El leñador Honrado

Habia una vez un pobre leñador que regresaba a su casa despues de una jornada de duro trabajo. Al cruzar un puentecillo sobre el rio, se le cayo el hacha al agua. Entonces empezo a lamentarse tristemente: ¿Como me ganare el sustento ahora que no tengo hacha?
Al instante ¡oh, maravilla! Una bella ninfa aparecia sobre las aguas y dijo al leñador:
Espera, buen hombre: traere tu hacha.
Se hundio en la corriente y poco despues reaparecia con un hacha de oro entre las manos. El leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió la ninfa, para reaparecer despues con otra hacha de plata.
Tampoco es la mia dijo el afligido leñador.
Por tercera vez la ninfa busco bajo el agua. Al reaparecer llevaba un hacha de hierro.
¡Oh gracias, gracias! ¡Esa es la mia!
Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos. Has preferido la pobreza a la mentira y te mereces un premio.

Amistad

Para preservar un amigo 3 cosas son necesarias: honrarlo cuando esté presente, valorarlo cuando esté ausente, y asistirlo cuando lo necesite.
- Proverbio Italiano


José de Diego

Quien busca la belleza en la verdad es un pensador, quien busca la verdad en la belleza es un artista.

- José de Diego


Picasso

Algunos pintores transforman el sol en una mancha amarilla y otros transforman una mancha amarilla en el sol.


- Pablo Picasso

Talento

Es más fácil juzgar el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas.

- Duque de Levis

Blanco y Negro .

Son solo recuerdos, ¿es que hay algo malo en que a veces me hagan sonreír?


No se puede correr un tupido velo y hacer ver que una etapa de tu vida desaparece, porque no lo haría. Nunca desaparecería.
Simplemente aprendes a vivir con ello, a estar por encima; aprendes a afrontarlo.
Y así ese rincón de ti, que te pertenece, deja de ser "incómodo" para ser... normal.
El futuro siempre se escribe sobre el pasado.
... Deben de ser los pilares que lo sostienen supongo.


Y son solo recuerdos, ¿es que hay algo malo en que a veces me olvide de olvidarlos?


Colaboración de : Alberto Gómez  Málaga

Eso que llaman...

Algunos pasan la vida buscándola; otros en cambio, la encuentran sin buscar.
A veces disfrazada de tristeza, otras de sorpresa.
Algunos dirán que la felicidad es solo un trayecto;
otros, dirán que es un destino…
Evasión de los problemas para los conformistas o los que no crean. […]


¿Es algo? ¿Es alguien? ¿Nada de lo anterior?


Quizás solo sea una explosión de colores en un lienzo gris…
…Pero no somos pintores. No sabríamos valorarlo.

  PD: Sed felices

Colaboración de:
Alberto Gómez  Málaga

jueves, 10 de febrero de 2011

Notas sobre el arte de escribir - Lispector

Lope de Vega

Vierte racimos la gloriosa palma,
y sin amor se pone estéril luto;
Dafnes se queja en su laurel sin fruto,
Narciso en blancas hojas se desalma.

Está la tierra sin la lluvia en calma,
viles hierbas produce el campo enjuto,
porque nunca el Amor pagó tributo,
gime en su piedra de Anaxarte el alma.

Oro engendra al amor de agua y de arenas,
porque las conchas aman el rocío,
quedan de perlas orientales llenas.

No desprecies, Lucinda hermosa, el mío,
que al trasponer del sol, las azucenas
pierden el lustre, y nuestra edad el brío

Baudelaire / Belleza

Como un sueño de piedra, yo soy bella Oh Mortales!
Y mi seno, que a todos por turnos torturo
Fue hecho para inspirar al poeta un amor
tal como la materia, eterno e indecible


Incomprendida esfinge, yo reino en el azul
Un niveo corazon junto al blancor del cisne
Detesto el movimiento que trazan las lineas
y jamas llore, como jamas rei.




Colaboración de: Fernando Pascual , Madrid.

D.G.Adolfo Béquer. LXXIV

Las ropas desceñidas,
desnudas las espadas,
en el dintel de oro de la puerta
dos ángeles velaban.
Me aproximé a los hierros
que defienden la entrada,
y de las dobles rejas en el fondo
la vi confusa y blanca.
La vi como la imagen
que en leve ensueño pasa,
como rayo de luz tenue y difuso
que entre tinieblas nada.
Me sentí de un ardiente
deseo llena el alma;
como atrae un abismo, aquel misterio
hacia sí me arrastraba.
Mas ¡ay! que de los ángeles
parecían decirme las miradas:
—El umbral de esta puerta
sólo Dios lo traspasa.

D.G.Adolfo Béquer.

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

La hoja y la Tinta

Estaba una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma, bañada en negrisima tinta, la mancho llenandola de palabras.
¿No podrias haberme ahorrado esta humillacion? Dijo enojada la hoja de papel a la tinta. Tu negro infernal me ha arruinado para siempre.
No te he ensuciado. Repuso la tinta. Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel, sino un mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso.
En efecto, ordenando el despacho, alguien vio aquellas hojas esparcidas y las junto para arrojarlas al fuego. Pero reparo en la hoja "sucia" de tinta y la devolvio a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojo las demas al fuego. 

Muñeco de nieve.

Habia dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recien formada.
La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas habiles, se entrego a la tarea de moldearla.
Hare un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbon y un boton rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtio al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes dias de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba...
Pero pronto los dias empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas calidos... El muñeco se fundio sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un boton rojo. La niña lloro con desconsuelo.
Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran leccion: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
 

La bobina de oro (cuidado con lo que se desea podria hacerse realidad)

Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:
¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?
Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.
Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cersiorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:
Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?
En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.
De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo. Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:
Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin hacer nada de provecho.

Malos pensamientos

Dos monjes Tanzan y Ekido, viajaban juntos por un camino embarrado.Llovía a cantaros y sin parar. Al llegar a un cruce se encontraron con una bella muchacha, vestida con un Kimono y un ceñidor de seda, incapaz de vadear el camino.



-Vamos muchacha - dijo Tanzan sin más. Y levantándola en sus brazos la cruzó.
Ekido no dijo ni una sola palabra, hasta que, ya de noche llegaron al monasterio.Entonces ya no pudo soportarlo más.
-Los monjes como nocotros -le dijo a Tanzan -no deben acercarse a las mujeres sobre todo si son jovencitas y bellas, ¿por qué lo hicistes?.
-Yo la deje allí ,-contesto Tanzan- ¿es que tu todavía la llevas?.



Silencio

Él es el que te protege cuando no sabes que decir...
Él es el que te acompaña en la noche mientras duermes...
Es a él al que recurres cuando quieres estar solo/a...
Es a él al que acudes cuando quieres encontrarte contigo misma/o...
En él buscas calma cuando estudias  o cuando hablas con dios ...
Es él al que nombramos para un momento de respeto en luto, cuando alguien nos deja para siempre...
Es él, el que esta presente en tu primer beso ...
Es él que esta presente en el nacimiento de tu hijo e hija y que desaparece al oirlo llorar ...
Él esta presente cuando un padre te abraza y te dice te quiero o estoy orgulloso de ti...


En resumen , él siempre esta contigo aunque no le demos la importacia a su labor  ese el él ; 
EL SILENCIO.

Frases Amor







Nadie nos pertenece, salvo en el recuerdo.
- John Updike






Amor significa colocar la propia felicidad en la felicidad de los otros.
- Pierre Teilhard de Chardin



Pensamiento,no me olvides.

Cuento :
Cuando Dios creo el mundo,empezó a ponerle nombres a cada criatura que existía en la tierra que el creo con tanto amor y dedicación .
Fue pasando de uno en uno animales y plantas , para cuando Dios estaba poniéndole nombres a las flores ya avía puesto nombres a los animales y al cielo , mar y aire ; las flores eran las últimas de la lista y andando entre ellas decía :
-A ti te llamare Margarita...
-A ti te llamare Azucena...
-A ti te llamare Rosa...
-A ti te llamare Lirio...
Y entre las Rosas escondida detrás de una de ellas la más grande, avía una flor pequeña de múltiples colores y de tacto aterciopelado muy tímida y aterrorizada , que al ver  a  Dios se escondió.
Hasta que diviso que Dios ya se marchaba  por el horizonte y comenzó a llorar la pequeña flor y dijo muy bajito -Por favor no te olvides de mi , yo también estoy en tu pensamiento...
Por fortuna Dios la escuchó y se volvió tras sus pasos , se arrodillo ante ella y le dijo :
-No tengas miedo pequeña , yo te pondré un nombre a ti también tu Nombre será  -No me olvides y Pensamiento.
La flor muy ruborizada le miró y le dijo:-Pero eso son dos Nombres , mi señor...yo... nosé.-
Y él la contestó diciendo : - Es mi compensación por olvidarme de ti.